La educación colombiana y las pruebas Pisa

Por: Diógenes Armando Pino Ävila
Apenas el primero de Abril, los medios difundieron la noticia de los resultados de Programa de Evaluación Internacional de Estudiantes (Pisa) no obstante, que ya se conocían desde diciembre de 2013. Estos resultados han dado mucho qué hablar, los medios de comunicación colombianos le han dado un tremendo despliegue y cada uno de ellos, en nutridas columnas, noticias y entrevistas, buscan las causas de semejante descache. Muchos culpan a los docentes, otros a los padres de familia, algunos al gobierno; pues sí, todos tienen la razón en parte.

La familia hoy día es disfuncional, hay carencia de afecto y poca atención a la niñez y juventud, hay padres que suplen su afecto con regalos tecnológicos, celulares de alta gama, Tabletas, PlayStation y qué se yo, otros sofisticados aparatos que permiten al niño y al joven sustraerse de la realidad que la familia, la sociedad y la Institución Educativa le brinda; me dirán que no está al alcance de los niños de los pobres poseer estos artefactos, ciertamente no lo tienen, pero hay otras formas de evasión, las salas de juego electrónicos, las redes sociales (Face, twitter, etc), las discotecas, el consumo de alcohol y sustancias psicotrópicas, todo depende del sitio donde viva y de los recursos con que cuente, pero sobre todo con el cuidado mayor o menor que los padres tengan sobre ellos.

Los ambientes pedagógicos que brindan los colegios no son llamativos, son aulas desconchadas y herrumbrosas, con mala iluminación y peor ventilación, donde apiñan a treinta y pico o cuarenta estudiantes en unos pupitres incomodos. Los colegios no cuentan con implementos deportivos en la cantidad suficiente para la práctica y fundamentación eficiente de cualquier disciplina deportiva. No cuenta con una biblioteca que permita al joven explorar la lectura por placer y mucho menos cuenta con los espacios y la orientación para la escritura creativa, No tienen instrumentos musicales ni recursos para explorar el arte en la juventud.

Los docentes son mal remunerados y tienen que desarrollar actividades productivas fuera de su jornada para poder compensar el sueldo que permita suplir sus necesidades y las de su familia, pues un joven que termina el bachillerato e ingresa a la Universidad tiene que estudiar por cinco años la licenciatura, concursar y si pasa y no manipulan la lista de elegible, se posesiona a los dos o tres años y ya como maestro comienza a ganar un sueldo de alrededor de millón y medio de pesos. Si este joven quiere ascender debe hacer una especialización en tres años o una Maestría en cinco para mejorar un poco su ingreso. Todo esto costeado por su propio bolsillo, porque el gobierno no incentiva en nada al docente para que se prepare. Las Universidades a distancia dan la oportunidad para que el docente se capacite y los programas son muy buenos, el problema está en que las ofertas de licenciatura y especialización que se brindan en provincia son dictadas en muchos casos, no en todos, por personas de un bajo nivel académico.

El gobierno ha tasado en un millón quinientos mil pesos el año lectivo de cada alumno que asiste a las escuelas y colegios públicos, esta suma no permite que los colegios doten o presten un buen servicio educativo, contrario a la educación privada donde un padre de familia de clase media alta, paga quinientos mil o un millón por el mes de estudio de su hijo. El país invierte más en la guerra y en la mermelada que en la educación de nuestros jóvenes, pues parece cierto el decir que quieren al pueblo ignorante y sumiso para que sigan gobernando los mismos con las mismas.