Por: Diógenes Armando
Pino Ávila
Esta semana, la política
colombiana ha estado movida por cuatro hechos relevantes, que a mi juicio,
marcan el final de esta primera etapa electoral (Senado y cámara).
Primero fue la escogencia de la
formula vicepresidencial del presidente Santos, quien escogió a Germán Vargas
Lleras, en una jugada cantada desde hace un año cuando Vargas Lleras abandonó
el ministerio, todo el mundo sabía que él era el plan B del gobierno, pues si
no cuajaba la candidatura de Santos, entonces Vargas Lleras, Transformer
cambiaría de aspecto y se mostraría en su dimensión de candidato presidencial,
y sí por el contrario Santos aspiraba, como al fin lo hizo, Vargas Lleras,
Transformer, asumiría la imagen de segundón y se mostraría como candidato a la
vicepresidencia.
En este juego de Transformers que
todos conocían, las únicas inocentes mariposas eran los senadores del partido
Liberal, que en su añoranza de poder aspiraban que la vicepresidencia callera
en sus toldas, pues el otrora “Gran Partido Liberal” perdió su potencial de ser
alternativa de poder y ahora emula al Partido Conservador en esa vocación
malsana de llanta de repuesto. Es que los dos partidos tradicionales ahítos de
lentejos se conforman con las sobras del hartazgo del grupo políticos
emergentes “La U”, antes de Uribe y ahora de Santos. Estos partidos, otrora
grandes partidos, fueron fragmentados por el ansia de poder de Uribe que
hábilmente le sustrajo a todos los miembros que tuvieran precio (no valor) y en
un juego de adiestramiento conductual los puso a comer en su mano, olvidando
Uribe, que ese adiestramiento encerraba su propio veneno (cuando no tengas que
dar, otro dará y cambiarán de amo). En efecto “La U” que ahora debería ser “La
S” cambió de dueño y Uribe se lamenta de haberles enseñado tantas malas mañas,
mientras que Santos totiado de la risa les muestra el concentrado que ahora
Uribe llama “mermelada”.
El segundo hecho tiene que ver
con otra jugada cantada de antemano, el fallo contra la tutela de Petro, el
Consejo de Estado primero y el Consejo Superior de la Judicatura después
profirieron su fallo inicial negando el amparo que había pedido el alcalde de
Bogotá, las dos instituciones siguiendo un libreto puntual de monseñor Ordóñez
fallaron en contra de Petro, aduciendo que hay otros mecanismos y otras
instancias para solicitar las medidas cautelares. Queda un sinsabor amargo con
esta decisión, pues se ve a las claras que la tal defensa de la
institucionalidad que pregona el señor Procurador tiene como único sustento el
que los cinco últimos Procuradores han destituido a mil y pico de funcionarios
de elección popular y por tanto si se falla a favor de Petro se vendría en
cascada igual cantidad de demandas e indemnizaciones billonarias que afectarían
al país. Sigue primando la lógica perversa de que cuando hay muchos crímenes,
delitos o faltas, estas se acumulan para favorecer al criminal (Tapias, Los
Nule, Los moreno Díaz, miles y miles de millones de pesos robados y todavía sin
fallo, todos sabemos que sus penas serán mínimas o ninguna).
Tercero, la salida fuera de tono
de Elías Jagua canciller venezolano que dice públicamente que “Uribe es un
criminal, asesino y paraco”, estas palabras tan comunes en las manifestaciones
políticas del expresidente por parte de los opositores que le lanzan tomate,
“molestó” al gobierno de Santos y salió nuestra canciller a pedir respeto por
el expresidente. Humildemente me hago una pregunta: ¿Debo respetar a mi vecino,
aun cuando este permanentemente me insulte, critique y se inmiscuya en mi vida?
¿Será que el gobierno venezolano no podrá legítimamente decirle paraco a Uibe y
este si tenga permitido decirle guerrillero a Chávez y a Maduro y su gobierno?
Será que en este caso no cabe la parábola bíblica: Mateo 7, 2 Porque con el
juicio con que juzguéis seréis juzgados, y con la medida con que midáis se os
medirá. 13, 12 Porque a quien
tiene se le dará y le sobrará; pero a quien no tiene, aun lo que tiene se le
quitará.
Por último la luminosa idea de
nuestro presidente de alargar los periodos de los actuales alcaldes. En algunos
municipios, muy contados por cierto, esto caería de perlas pues supongo que la
gestión de algunos alcaldes ha sido brillante, pero en la gran mayoría de
municipios colombianos estamos con los dedos cruzados para que este exabrupto
presidencial no cuaje.
En cuanto el punto segundo vuelvo y digo hay que respetar las leyes y si no sirven buscar los mecanismos para anularla. Pero es más perverso saber que las leyes son perversas y solo protestamos cuando tocan mis intereses ideológicos y no cuando son aplicadas a otras personas que pueden ser inocentes o culpables.
ResponderEliminarEl idealismo es bueno pero aplicado en una manera universal y no en lo particular.
El tercer punto para que opinar si todo el mundo filosofa si tener en cuenta la palabra PATRIA ala que nadie quiere y abecés sin portar armas somos más GENOCIDAS y ASESINOS que a los que criticamos, ya que solo inyectamos resentimientos y odios a las generaciones venideras sin aportar las ideas para solucionar la problemática.