Por: Diógenes Armando Pino Ávila
La semana pasada el presidente Juan Manuel Santos sorprendió al país destituyendo al alcalde mayor de Bogotá Gustavo Petro en una polémica decisión, no acatando la recomendación que dio el Comité Interamericano de Derechos Humanos y que era de obligatorio cumplimiento, toda vez que la legislación Interamericana hace parte del bloque de constitucionalidad y por tanto parte integral de la Constitución Colombiana.
La semana pasada el presidente Juan Manuel Santos sorprendió al país destituyendo al alcalde mayor de Bogotá Gustavo Petro en una polémica decisión, no acatando la recomendación que dio el Comité Interamericano de Derechos Humanos y que era de obligatorio cumplimiento, toda vez que la legislación Interamericana hace parte del bloque de constitucionalidad y por tanto parte integral de la Constitución Colombiana.
Dijimos en la columna
pasada, que esta era una jugada cantada, pues Santos, como tahúr, jugaba con
cartas marcadas. Cuando el ministro Pardo fue nombrado y dijo que continuaría
el Plan de desarrollo de la Bogotá Humana de Petro, y que gobernaría con el
equipo de trabajo del alcalde saliente, logró con esto mitigar un poco la
indignación de los Petristas. Todos le creyeron, de pronto el Ministro
encargado de la alcaldía Mayor de Bogotá, fue sincero y esa era su intención,
pero nadie contó con aquello de “donde manda capitán no manda marinero” y dos
días después Santos hace un Consejo de Ministros para hablar de Bogotá y
desconoce tajantemente al equipo de alto nivel de la Alcaldía, no invitó a
ninguno de los secretarios de despacho; y después sale con bombos y platillos,
con anuncios mesiánicos de que salvará a Bogotá, a esa misma que en tres años
no volteó a mirar, a esa capital a la cual le privó de la solución de sus
múltiples problemas, pues no acompañó las iniciativas, planes, proyectos y
programas que el alcalde Petro propuso en su Plan de Gobierno.
Al momento de
escribir esta nota, los progresistas después de argumentaciones muy serias, en
compañía de El caricaturista Vladdo junto el ex constituyente Carlos Ossa Escobar
y Consuelo Ahumada, que fueron los que inscribieron a Petro, escogen la terna
que presentarán al presidente para que nombre uno de ellos como alcalde
encargado de Bogotá, esta terna la conforman: María Mercedes Maldonado,
secretaria de hábitat, Antonio Navarro, senador electo y Guillermo Alfonso
Jaramillo, exsecretario de Gobierno. Son personas de calidades y cualidades
calificadas para desempeñar con lujo de detalles la alcaldía Mayor de Bogotá.
“Antonio Navarro
Wolff, Ingeniero Sanitario de la Universidad del Valle, realizó estudios de
postgrado y se desempeñó como profesor de la misma universidad. Se especializó
en Ingeniería del Medio Ambiente en Loughborough University, Inglaterra (1976).
Fue becario de la Fundación Rockefeller, del Consejo Británico y del
International Development Research Center, IDRC, de Canadá. Profesionalmente como
ingeniero sanitario fue asesor del Departamento de Medicina Social de la
Universidad del Valle (1972), coordinador del Centro de Investigaciones
Multidisciplinarias para el Desarrollo Rural, CIMDER (1972-1977), asesor
internacional del IDRC (1976-1978), profesor de la Universidad del Valle (1972-
1978), director del Plan de Estudios de Ingeniería Sanitaria, en la misma universidad,
y consultor privado, ex guerrillero del Movimiento 19 de Abril.”
María Mercedes
Maldonado, es la secretaria de hábitat, es abogada de la Universidad Externado
de Colombia y ha realizado especializaciones de urbanismos en la Universidad
Nacional y en Europa.
Guillermo Alfonso
Jaramillo, fue hasta hace algunas semanas el secretario de Gobierno de Petro y
en el inicio del gobierno se encargó de la cartera de salud del Distrito,
también fue gobernador del Tolima y congresista. Estudió Derecho y se
especializó en Derecho Ambiental en la Universidad del Rosario.
No obstante estas
hojas de vida, la Secretaría Jurídica de la Presidencia de la República emite
un comunicado que dice que el Presidente elevará consultas al Consejo Nacional
Electoral, pues según el comunicado hay dudas sobre quién debe presentar la
terna, es decir dilatarán los términos hasta después de elecciones ya que
Santos candidato presidente quiere ostentar, así sea de hecho y escondido
detrás de Pardo, la alcaldía de Bogotá.
¿Podrá Petro contener
al pueblo bogotano para que no se rebote ante este atropello? Esperemos para
ver cuánta paciencia tiene el pueblo bogotano, porque ya sabemos y tenemos
claro, cuán bellacos son los dirigentes del país.
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