Por: Diógenes Armando Pino Ávila
Muy avanzada anda la campaña política de senado, cámara y presidencia; y cada partido, cada grupo, cada tendencia, cada candidato tiene una manera muy particular de abordar a los posibles votantes. A estas alturas de campeonato me ha llamado poderosamente la atención la publicidad utilizada por los aspirantes de las diferentes tendencias y pelajes, pues a mi entender, utilizan una gran cantidad de artimañas y argucias que a veces sobrepasan el límite permitido por la Ley.
Muy avanzada anda la campaña política de senado, cámara y presidencia; y cada partido, cada grupo, cada tendencia, cada candidato tiene una manera muy particular de abordar a los posibles votantes. A estas alturas de campeonato me ha llamado poderosamente la atención la publicidad utilizada por los aspirantes de las diferentes tendencias y pelajes, pues a mi entender, utilizan una gran cantidad de artimañas y argucias que a veces sobrepasan el límite permitido por la Ley.
Según
la Real Academia de la Lengua: “Publicidad es el Conjunto de medios que se
emplean para divulgar o extender la noticia de las cosas o de los hechos”;
también registra como “Divulgación de noticias o anuncios de carácter comercial
para atraer a posibles compradores, espectadores, usuarios, etc.”
De
todas maneras la publicidad está regulada y debe someterse a una serie de
normas y principios éticos y legales que buscan proteger al público consumidor
para evitar el engaño, el timo y la perpetración de cualquier fraude por parte
de personas sin escrúpulos; por eso en la legislación colombiana, existe el
control de aquello que llaman publicidad engañosa la cual la definen como “aquella
publicidad que de cualquier forma (incluida
su presentación), puede inducir a error a sus destinatarios o afectar su
comportamiento económico.”
Pero
en el caso de la publicidad política de los candidatos a senado cámara y
presidencia, en esta campaña electoral en casi todos los partidos y grupos
están haciendo de las suyas, pues en éstas muestran mensajes engañosos tales
como: Dádivas de casas subsidiadas por el Estado para aquellos que voten por
Jocho García de Cambio Radical, utilizando la pobreza y miseria de sectores
populares que abrigan la esperanza de tener un rancho propio.
El
caso del grupo MIRA, llama poderosamente la atención, pues trata de engatusar a
los discapacitados y familiares de estos con el cuento, que van a legislar para
que las “guacas” que encuentren los soldados de la Patria sean utilizadas en un
fondo para los discapacitados, como si las tales “guacas” se encontraran en la
vuelta de la esquina o si los soldados, suboficiales y oficiales que las
encuentren las van a entregar o van a cometer los desafueros de los soldados de
la tan sonada y comentada historia de marras.
Hay
un caso curioso, el del senador por el partido conservador Hernán Andrade
Serrano, que muestra en su publicidad a un grupo de niños inocentes
convidándose a una “traba” o mejor un “porro” como dicen los cachacos, este
mensaje es sumamente peligroso, pues a lo mejor, el adulto puede votar por este
senador, pero los niños lo pueden tomar como una invitación al consumo de la
marihuana.
Otro
de los candidatos, en este caso a la Presidencia de la república, me refiero a
Oscar Iván, éste al ver que no sube en las encuestas y que al contrario, baja
en cuanto a simpatía, se agarra de los cabellos y cambia el discurso
guerrerista que heredó de Uribe, y ensayando con voz propia, deja de imitar a
su patrón y comienza a balbucear un discurso en favor de la paz, como si los
colombianos no supiéramos lo que esconde en sus intenciones.
Marta
Lucía Ramírez, sabedora de que lleva una clara ventaja sobre Oscar Iván,
mantiene la coherencia y sigue el libreto Uribista alineándose a la orilla
guerrerista de los azules con miras a no alejarse de los afectos del Centro
Democrático, pues al fin y al cabo ella militó en dicho partido.
El
presidente Santos también es coherente y mantiene su discurso de paz y
conciliación, aunque de vez en cuando por temor a los trinos de su antiguo
patrón hace unos amagues derechistas que luego son compensados con acciones y dichos
sobre la paz y las negociaciones que se llevan en La Habana. Vale decir que ha
sido el más coherente de todos.
No
menciono a los candidatos de la izquierda colombiana pues sus discurso tienen
una vigencia de cincuenta años y es difícil que cambien, pues siguen
empecinados, en el antimperialismo yanqui, y cuando lo actualizan siguen
manifestando su anti TLC y su anti todo que ya no convence a nadie, pues la
izquierda no ha sido capaz de actualizar su discurso a la época actual y a las
tendencias modernas.
El
caso más patético es el de Álvaro Uribe Vélez que al ver que la propaganda
negra anti santista no le da resultados y que sus arengas guerreristas no
entusiasman a las masas utiliza todos los recursos hasta llegar a la ridiculez
de presentarse recitando poemas de amor y pasando una publicidad donde Vargasvil,
el humorista, lo imita presentando “la mano firme y el corazón grande”, en
ambos casos, ridículo y patético ya que la poesía la hace y la degusta el
guerrero, el que va a batallas movido por un ideal, pero el que incita la
guerra por cálculo político sabiendo que no pisará el campo de batalla no
merece su favor.
No
menciono la propaganda de los candidatos del departamento del Cesar, ya que por
la falta de creatividad y gracia con que han salido no ameritan cometarios pues
avergüenzan a la provincia.
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