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Aquí publicamos los artículos de prensa, columna, crónicas, reflexiones, ensayos y demás de la producción textual de Diógenes Armando Pino Ávila.

sábado, 28 de diciembre de 2013

Y si Jesús hubiera nacido en Colombia?

Por: Diógenes Armando Pino Ávila
“1 Puesto que muchos han intentado narrar ordenadamente las cosas que se han verificado entre nosotros, 2 tal como nos las han transmitido los que desde el principio fueron testigos oculares y servidores de la Palabra, 3 he decidido yo también, después de haber investigado diligentemente todo desde los orígenes, escribírtelo por su orden, ilustre Teófilo, 4 para que conozcas la solidez de las enseñanzas que has recibido”.  Lucas 1: 1-4

Así comienzan los Evangelios según San Lucas, contando el caso del anciano sacerdote Zacarías y la anciana Isabel que además era estéril, hasta que se apareció El Ángel del Señor (Gabriel) y le anunció el milagro de la fecundidad de su esposa y como Zacarías lo puso en duda, le privó del don del habla hasta el nacimiento de su hijo. Ese hijo tardío recibió por nombre Juan.

Seis meses después, cuenta Lucas, en una ciudad de Galilea llamada Nazaret donde vivía un carpintero anciano con una joven doncella llamada María, se presentó de nuevo El ángel Gabriel, para hacer un anuncio espectacular, le anunció a la joven que iba a ser madre, ella también lo puso en duda, era virgen, su anciano esposo no había tenido relaciones carnales con ella.

Estos extraordinarios embarazos, marcarán por siempre un hito en la historia de la cristiandad, ya que de Isabel nace San Juan Bautista, también llamado profeta del Altísimo, el que se destacó por sus prédicas y bautizos de conversión. El otro embarazo el de María es aún más asombroso ya que es la concepción del Hijo de Dios.

Del parto de Isabel no encuentro mayor registro, pero del de María, Lucas cuenta que estando de emperador Cesar Augusto ordena por edicto un censo, según el cual, las personas debían empadronarse en su ciudad de origen, por lo tanto el viejo carpintero y su joven esposa debieron emprender viaje desde Nazaret en Galilea hasta la ciudad  de David en Judea, más concretamente a la ciudad de Belén.
La ciudad está repleta de visitantes que buscan registrarse en el censo decretado por Cesar Augusto, por tanto, no encuentran posada donde quedarse y se ven obligados a cobijarse en las afueras de la ciudad en una pesebrera. En ese humilde lugar se le presenta el parto a María y se da comienzo a la  historias maravillosa más contada y celebrada en el mundo católico, conocida como La Navidad o natalicio de Jesús.

Para nosotros, los nacidos en estos pueblos de Dios, poder entender las angustias de María y del anciano carpintero es necesario contextualizar la anécdota histórica y situarla en cualquier pueblo del departamento del Cesar, veamos:

José y María salen muy temprano de su casa en la vereda Último Caso, María viaja en burro y José con sus pasos cansados por la edad hala al asno por la embarrialada senda que conduce a orillas del río Grande de La Magdalena, en un pequeño puerto de ganado, escondido entre el resbaladizo barranco cubierto de gramalote, la baja delicadamente y le sube a una pequeña canoa y comienzan la peligrosa travesía del río, para desembarcar en el corregimiento de Puerto Bocas donde toman un mototaxi que veloz y haciendo maniobras peligrosas la llevan a Tamalameque.

Por ser época decembrina los dos hospedajes no tienen cupo y en las casas de familia no encuentran la hospitalidad, ya que los familiares que viven fuera, como siempre, llegaron este diciembre a hacer gala de sus progresos económicos y a pavonearse en sus lujosos carros de alta gama, a emborracharse y hacer sentir la prevalencia de sus fortunas ante la cohorte de adulones y gotereros que les rodean, mientras critican al que critica la mala administración municipal que padecemos, pues esos prohombres aportaron parte los dineros y favores para elegir al mandatario de turno. Esta circunstancia obliga a la pareja a refugiarse en una pequeña parcela agrícola en las afueras del pueblo, donde un familiar les permitió dormir en un pequeño galpón donde duermen sus animales de corral. Para agravar las circunstancias del mosquito feroz que les ataca, a María se le presentan los dolores del parto, presurosos salen para el hospital local donde la enfermera del turno de la noche les recibe y amablemente le toma los signos vitales y les requiere el carnet de la EPS para poder seguir con el procedimiento, El anciano José se registra con angustia los bolsillos de su raída túnica y no encuentra la cartera donde debería tener sus documentos de identidad y los de María. Lo sentimos mucho, dice la enfermera, pero no podemos atenderla ya que no hay quien asuma los costos del parto.

El que va a nacer, que no es ningún pitado en la pared, se molesta y hace uso de su poder infinito y acelera las contracciones de María, que se queja desesperada, ese niño por nacer toca el corazón de la enfermera que se conduele de la parturienta y corre desesperada a llamar al médico rural que está de turno, el que soñoliento llega y comienza a atender a la madre del Hijo de Dios, mientras llena una cantidad de formatos hospitalarios y hace preguntas sobre el embarazo, se entera que la madre no ha tenido controles de embarazo y que por la edad de la joven el parto es de alto riesgo y él no se siente con la suficiente experiencia para atenderlo, además, está solo en el hospital, es Noche Buena, hay mucha gente borracha en el pueblo y no demoran en comenzar las riñas y accidentes. El médico toma la decisión de remitirla para Aguachica.

La ambulancia parte rauda con el ulular de su sirena y las luces destellantes de prevención, al llegar al peaje de La población de El Burro encuentran un trancón de padre y señor mío, por el peaje que queda a escasos kilómetros, El Hijo de Dios de nuevo tiene que hacer uso de sus poderes para dar tránsito fluido y acabar con el trancón y llegar al hospital regional de Aguachica, donde por fin nace el niño Dios.


Si por desgracia el caso lo situara en Bogotá, me imagino el paseo de la muerte de clínica en clínica hasta encontrar cupo por urgencias en un pasillo atestado de borrachos y quemados por pólvora en el sur de la capital. De aquí en adelante es otra historia, donde aparece un tal Herodes jefe del Uribe Centro Democrático y otros personajes de los que después les contaré.

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